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La visita de Lionel Messi a Monterrey: entre la idolatría y la hostilidad

 Fuerte despliegue de seguridad alrededor del Inter de Miami

Julián Aguilar M.

                                                Fotografía: AP/Eduardo Verdugo, Quinta Real

Se dudó de la presencia del futbolista Lionel Messi en Monterrey, sin embargo, sí estuvo en el juego de vuelta entre los Rayados de Monterrey e Inter de Miami, causando conmoción en la ciudad. Desde la llegada de Messi al Aeropuerto Internacional de Monterrey, ubicado en el municipio de Apodaca, fue toda una odisea. Descendieron del avión aproximadamente a las 11:50 de la mañana. Empleados de una aerolínea internacional, informaron a medios de comunicación, que las actividades del aeropuerto se paralizaron cuando llegó el equipo norteamericano. Se les dio prioridad para que abordaran los autobuses que los llevarían al hotel de concentración.

Al salir del aeropuerto y dirigirse al autobús, fue la ocasión que se le pudo ver más cerca al delantero argentino. Sin embargo, Messi no se les acercó a los aficionados que lo esperaban desde la mañana. Cuerpo técnico, jugadores y parte del staff utilizaron dos autobuses. Lionel Messi, su guardespalda y demás jugadores, iban en el primero. A partir de ahí, Fuerza Civil, policías y elementos de seguridad privada, escoltaron los autobuses que transportaban al equipo de Miami. A pesar de que medios de comunicación y aficionados querían acercarse a los vehículos, la seguridad no se los permitió. En ocasiones, el convoy utilizó todos los carriles disponibles de la avenida Miguel Alemán y Constitución. Quitando del camino a todo automóvil que se les cruzara.

Ciudadanos y medios de comunicación de Monterrey, aseguraron que nunca habían visto tal despliegue de seguridad, ni cuando Luis Miguel o el Papa visita la ciudad. Debido a la velocidad y seguridad en la que viajaban, llegaron en poco tiempo al hotel de concentración. El hotel elegido fue Quinta Real, que se encuentra en el municipio de San Pedro Garza García, uno de los de mayor plusvalía de Nuevo León y México. En dicho hotel, generalmente se hospedan políticos, artistas de talla internacional y equipos nacionales de futbol que pueden pagar su precio.

De acuerdo a información del hotel, un día ahí puede llegar a costar más de 9 mil pesos mexicanos. Las habitaciones cuentan con acabados de lujo y obras de arte. Los huéspedes son tratados como reyes en Quinta Real. Los aficionados y medios de comunicación que esperaban ahí con antelación, pensaron que Messi se bajaría del autobús a firmar autógrafos y dar entrevistas, pero no fue así. El autobús que transportaba al argentino se metió inmediatamente sin pasar por el lobby del hotel. Sólo unos cuantos trabajadores y personal de seguridad, vio bajar al delantero para dirigirse a su habitación con total hermetismo.  Atrás de él iba su guardespaldas, que lo ayudó con su maleta. Cámaras de Multimedios registraron la imagen desde un plano cenital. El hotel se convirtió en un bunker para Lionel y sus compañeros los días que estuvieron en Nuevo León.

Personal de seguridad y vallas, separaban a los aficionados de su ídolo. La mayoría portaban la camiseta de la selección Argentina y del Inter de Miami con emoción. Los asistentes permanecieron ahí para acercarse a su ídolo cuando se dirigiera a reconocer la cancha del estadio más tarde. La espera fue infructuosa, los autobuses no se detuvieron nuevamente a la entrada del hotel. Al día siguiente, más de 53 mil espectadores, verían al delantero con su equipo en el estadio BBVA de Monterrey.     

La seguridad alrededor del estadio fue imponente. Hubo un cerco de seguridad que no permitió el ingreso a los alrededores del estadio si no se tenía boleto. Horas antes del partido, algunos aficionados todavía intentaban conseguir un boleto en la reventa a precios exorbitantes. Creadores de contenido de Monterrey, hacían su trabajo alrededor del estadio. Algunos de ellos pudieron ver  el autobús en el que viajaba La Pulga, otros estuvieron cerca de la entrada del estadio entrevistando a los aficionados.  

Adentro, la hostilidad contra Messi y sus compañeros comenzó desde que salieron a calentar. Los cánticos subían de intensidad a cada minuto. La presentación de los jugadores fue el momento idóneo para abuchear principalmente a Lionel Messi y al entrenador Gerardo Martino, un viejo conocido de la afición mexicana. El ambiente adverso y una buena defensa, fue crucial para que Messi no brillara en la cancha como se esperaba. Atrás había quedado el habilidoso jugador que metía goles en el Barcelona. Seguidores de Rayados festejaron como nunca la victoria de su equipo. Todo era celebración y júbilo por el pase a semifinales en el torneo. En los pasillos del estadio, se pudo ver que algunos fanáticos bailaron sobre el jersey de Lionel Messi.    Lionel Messi se fue de Monterrey como llegó, sin hablar casi con nadie.    

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Lo acompañaron otros creadores de contenido                                                                                                                                             Julián Aguilar...

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